Aquí tenéis un extracto de lo que me ha parecido una de las carreras más “montañeras” que he corrido.

9 de la mañana en Isaba (Nafarroa). Allí estábamos tres “locos” del Trail Team Bizkaia (Hanot, Iker y yo) junto con otros 450 valientes corredores. Ellos dos iban a por todas en una carrera que ya conocían y que para algunos de nosotros estaría bien pasada por agua. Pocos nombres ilustres pero siempre con mucho nivel, la Camille Extreme es ya una referencia en las carreras de trail de pirineos. 31Kms y 2000m.D+. Con eso por delante me plantee una carrera al estilo de la Gorbea Suzien, ir regulando y esperar a que las fuerzas estuvieran presentes en la segunda mitad de carrera, después de subir el Ezkaurre (2.045 m) con otros 4 pequeños repechos que acaban por dejarte de vuelta en Isaba.

Me lo tome con tranquilidad, buscando mi ritmo de tiradas largas hasta el Km. 16, kilómetro en donde el Ezkaurre deja a cada uno en su sitio y que a partir de ahí nos dejó lluvia en todo momento, algo peligroso pero que con seguridad sorteamos en el primer tramo de piedra caliza. Según pasaron los kilómetros iba pensando en los temidos calambres, pero apenas aparecieron debido a que regulé bastante bien y me tomé en serio el tema de las sales y la hidratación, aunque también acompaño la buena temperatura que hizo a lo largo del día (por debajo de 15º siempre).

Llevaba unas referencias un poco a ojo de gente que anda similar a mí y veía que las mejoraba levemente, por lo que pensaba que bajaría de 5 horas, ya que en ningún momento sentía necesidad de andar más allá de las subidas con mucha pendiente.

Hanot me había avisado de los últimos 3kms; una bajada con muchas pendiente que habría que tener precaución. Y así fue. Si ya de por sí en seco me lo imagino como dificultoso, con un aguacero encima nuestro era impracticable; una bajada de hacer sentado y con muchísimo cuidado. Barro, barro y más barro. Ahí perdimos muchísimo tiempo, ya que casi íbamos a la misma velocidad que si estuviéramos subiendo. En esa zona perdimos nuestro objetivo de las 5 horas, ya que de haber bajado de una manera “normal” hubiera estado en Isaba antes de las 2 de la tarde.

Finalmente sobrepasamos las 5 horas por apenas 4 minutos. Un pequeño “descuido” que creo que otro año podré mejorar con una mejor climatología o apurando un poco más en algún tramo de la carrera. De todas maneras me voy con unas sensaciones muy buenas y con la idea clara de que es muy importante regular hasta lo más mínimo en carrera. Lección aprendida.

 

Muchas gracias a Pablo Roa y Mirari Nazabal por las fotos.